La familia es el lugar en el que empieza el desarrollo cerebral.
90 €
Las duración de las sesiones es de aproximadamente 1 hora y 30 minutos.
La terapia familiar se centra en mejorar o reparar lo que os une como familia.
Las relaciones familiares son parte de nuestra historia y de nuestra identidad.
La familia es el entorno relacional en el que se desarrolla nuestro cerebro. Las relaciones familiares son vínculos complejos, que cambian con nosotros. Atraviesan etapas de crecimiento, crisis y reajuste.
La terapia familiar se centra en comprender, mejorar o reparar lo que os une como familia: es el abordaje terapéutico de las relaciones familiares.
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En las sesiones de terapia familiar intervenimos sobre las relaciones familiares.
Bien para modificar dinámicas relacionales disfuncionales, para reparar el equilibrio relacional dañado o para mejorar la calidad de las interacciones entre vosotros.
Lograr una nueva forma de entender la comunicación familiar, la influencia de la calidad de los intercambios o de las estrategias que utilizáis para afrontar y resolver los conflictos familiares, os ayudará a construir un nuevo equilibrio intrafamiliar.
La Terapia familiar se centra en comprender qué sucede en las relaciones familiares, para mejorarlas.
Tras décadas de investigación cualitativa, la terapia familiar cuenta con técnicas útiles y herramientas eficaces, para mejorar el modo de relacionaros como familia.
La terapia familiar puede ayudaros a reparar, mejorar y fortalecer las relaciones familiares.
La terapia de familia os ayudará a comprender de una forma nueva qué ocurre, cómo sucede y cómo abordarlo, de un modo nuevo y reparador. Contando con herramientas que os sirvan para gestionar lo que ocurre, de forma constructiva. El objetivo es comprender, para transformar, el modo de relacionaros.
La familia es el grupo social básico. Es el entorno en el que crecemos y nos desarrollamos como individuos. Nuestra familia es nuestro marco de referencia. Por eso, forma parte de nosotros.
La familia es parte de nuestra identidad y de nuestra historia personal.
El afecto, el cariño o la profundidad de los vínculos familiares, sin embargo, no sirve como antídoto, para que los problemas cotidianos, no acaben dañando las relaciones o para que los cambios y los desencuentros, no hagan que la convivencia se vuelva complicada.
Trabajar a partir de vuestra propia visión de lo que ocurre y definir objetivos comunes, os ayudará a sentar la base del cambio, que queréis construir juntos.
Las relaciones familiares influyen profundamente en cómo somos. Nuestro entorno interpersonal primario, es determinante en el desarrollo de nuestro cerebro.
Nuestra familia es una parte esencial de nosotros. Influye en nuestro autoconcepto, en la capacidad para regularnos emocionalmente o en la sensación de seguridad, que experimentamos dentro de las relaciones.
Comprender qué está ocurriendo dentro de la familia, cómo sucede y qué variables están afectando al modo de relacionarnos, nos ayuda a entender ,de una forma nueva la situación. Entender lo que subyace a los intercambios, la dinámica relacional, básico para poder transformar las relaciones, mejorar la convivencia o recuperar relaciones deterioradas.
Una nueva comprensión de los patrones de vinculación, que suceden dentro de la familia, es el punto de partida del cambio.
Este puede ser el primer paso para transformar cómo nos relacionamos.
Los seres humanos somos interdependientes. Vivimos con otros que nos influyen y a quienes influimos. Crecemos con otros. Estamos inmersos en un mapa de relaciones circulares y, tenemos el poder de cambiar juntos, para transformar la forma de relacionarnos.
Reparar una relación, revertir una dinámica deteriorante o encontrar un nuevo punto de equilibrio relacional, puede comenzar con un pequeño cambio. Un cambio que, a su vez, cambie cómo nos sentimos en la relación o cómo nos vemos a nosotros mismos y a los otros, dentro de la relación.
Cambiar cosas pequeñas en la forma de interactuar, puede producir, poco a poco, un cambio más profundo en el clima emocional de la familia. Favoreciendo una convivencia más sana y facilitando que se produzcan nuevos cambios emocionales, cognitivos y de comportamiento, que acaban por transformar completamente las relaciones.
Es posible transformar las relaciones y seguir juntos desde la diferencia, el respeto al otro y la cooperación. Es posible crecer juntos y encontrar el equilibrio que necesitamos para ser felices.
El objeto de la comunicación es transmitir y recibir información valiosa.
Entendernos unos a otros, es un proceso que implica comprender una secuencia compleja de intercambios; a través de la cual intercambiamos información continuamente. Y no es sólo lo que nos decimos. Ya que nos comunicamos tanto verbal como no verbalmente.
Comprender cómo nos afecta emocionalmente la forma de comunicarnos y como esto influye en nuestras relaciones, puede ayudarnos a compartir la responsabilidad de lograr un buen entendimiento.
Aprender a cooperar para conseguirlo, no sólo hace posible una comunicación empática, sino que nos ayuda construir juntos un entorno interpersonal en el que la conexión entre nosotros es posible y nos enriquece.
Nos comunicamos para expresar qué necesitamos y, para entender qué necesitan las personas a las que queremos.
Al cambiar cómo nos comunicamos y cómo nos situamos frente al proceso de comprender al otro y dejar que el otro nos comprenda, transformamos un elemento esencial las relaciones.
Cuando surgen desacuerdos o conflictos dentro de la familia, podemos sentirnos abrumados por la situación o encontrarnos con dificultades para resolverlos de forma constructiva.
La intimidad de las relaciones familiares, la intensidad de las emociones o la profundidad de los vínculos que nos unen, puede hacer que las discusiones terminen por dejarnos sin recursos para resolver los conflictos.
Lograr una nueva comprensión de la subjetividad o de la circularidad en las relaciones, valorar la reciprocidad, la contingencia relacional o la mutualidad, puede aportar una nueva perspectiva de las relaciones y de los conflictos que surgen en ellas.
Es posible aprender nuevas estrategias de solución de problemas, escucha empática o de negociación, que pueden ayudaros a construir juntos nuevas formas de resolver los problemas.
El apego es el combustible que motiva la formación de vínculos profundos, de cuidado e intimidad. Es más que la forma en la que nos relacionamos y sentirnos unidos a otros. Es el modelo interno desde el que operan nuestras relaciones más cercanas e íntimas. Es experiencia emocional y es comunicación.
Las emociones tiñen el lenguaje de las relaciones íntimas y de afecto. Modelan nuestra experiencia del mundo y nuestro desarrollo individual. Por eso influyen en las relaciones que estableceremos como adultos.
El apego es una forma de comunicación emocional que, desde el momento en que nacemos guía nuestra experiencia afectiva y nuestra forma de relacionarnos.
Comprender qué aspectos de nuestra historia de aprendizaje, de nuestro desarrollo vincular y de nuestra historia afectiva, están influyendo a la forma de relacionarnos en el presente, nos ayuda a crecer dentro de las relaciones y nos permite encontrar lo que necesitamos, de forma sana.
La familia es un sistema humano complejo y jerarquizado. En el que los vínculos son relaciones de parentesco. Sin embargo, estos lazos de afecto, cuidado, educación, seguridad y protección; no son estáticas, cambian con nosotros.
Las relaciones familiares están en constante proceso de cambio y reajuste. Están sujetas a ciclos evolutivos y a etapas de crisis, algunas relacionadas con el desarrollo individual de sus miembros y otras, sobrevenidas por que ocurren acontecimientos que desequilibran el sistema familiar y nos hacen sentirnos perdidos.
Reencontrarnos dentro de nuestra familia, supone muchas veces encontrar un nuevo punto de equilibrio y adaptarnos a los cambios suceden. En otras ocasiones hemos de reparar las heridas que ha producido un acontecimiento traumático o superar juntos un problema, para lograr encontrarnos de nuevo como familia.
PSICÓLOGOS EN MADRID
90 €
Las duración de las sesiones es de aproximadamente 1 hora y 30 minutos.
Cuando nuestras relaciones están sanas, podemos sentirlo.
Si nuestra pareja funciona y nuestra familia está equilibrada, sentimos la cohesión entre nosotros y la seguridad en los vínculos que nos unen. Sentimos la confortabilidad de pertenecer a algo que es más grande que nosotros mismos.
Cuidar de nuestras relaciones es la base de nuestro bienestar individual y es una de las claves de nuestra felicidad.
TERAPIA FAMILIAR EN CHAMBERÍ
La terapia familiar se centra en mejorar las relaciones familiares.
En el trabajo psicoterapéutico con familias, vuestro terapeuta trabaja con vosotros. Juntos, formáis equipo para mejorar las relaciones y resolver los conflictos que surgen dentro de la familia.
Aquellas familias que ya han intentado recuperar el equilibrio familiar por sí solos, pueden encontrar un recurso útil y eficaz en la terapia familiar. Pero, si no has ido nunca, puedes tener dudas y preguntarte:
¿Cómo es eso de ir a terapia familiar?
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