La terapia EMDR es un tratamiento psicológico avalado por la investigación científica, cuyo enfoque combina elementos perceptivos, emocionales, cognitivos y corporales, junto a un procedimiento específico: la estimulación bilateral.
EMDR es un abordaje psicoterapéutico complejo que se desarrolla a través de 8 fases. No es una técnica ni un ejercicio. Por eso se aplica en el marco de un proceso de terapia estructurado.
El enfoque EMDR trabaja con:
Así, las 8 fases recorren diferentes aspectos del tratamiento y de la historia de vida de la persona.
En su aplicación la terapia EMDR utiliza técnicas estandarizadas y procedimientos protocolizados para tratar el malestar desde su origen. Ya que el objetivo de la psicoterapia EMDR es ayudar a nuestro cerebro a «recolocar» los recuerdos que están en la base de lo que nos ocurre hoy, para aliviar el malestar asociado a ellos.
La psicoterapia con EMDR es la aplicación clínica de una forma de entender cómo funciona el cerebro humano.
A partir de este modelo del funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso, el EMDR se centra en la comprensión global de la historia y de las experiencias por las que ha pasado la persona, para entender lo que le ocurre ahora.
Así, en el trabajo con EMDR, la comprensión de la historia, del conjunto de sus experiencias de desarrollo y aprendizaje o del contexto afectivo y relacional en que tuvieron lugar esas experiencias, es tan importante, como entender el problema que le trae a terapia.
Es decir, que en terapia EMDR, para entender lo que ocurre en el presente tratamos de entender qué pasó antes de llegar a lo que ocurre en el presente, ya que el origen del problema está asociado a esas experiencias.
Los terapeutas EMDR trabajamos con el presente. Y también con experiencias pasadas, tal y como se grabaron en la memoria, así como, con los futuros desafíos a los tendremos que hacer frente.
Es decir, que en el tratamiento con EMDR, abordamos tanto lo que ocurre ahora (lo que nos pasa, los síntomas que tenemos), como las experiencias pasadas asociadas al problema (los momentos en que el cerebro grabó la información que dio lugar al inicio de los síntomas). Lo que nos permite, tratar la sintomatología desde su origen.
Por eso, en las primeras fases del tratamiento con terapia EMDR, comenzamos por entender y tratar el malestar que sufrimos en el presente. Ya que el objetivo inicial es reducir los síntomas y aliviar ese malestar que sentimos.
Para hacerlo, los terapeutas EMDR, utilizamos técnicas de regulación emocional, recursos de estabilización y técnicas para fortalecer los recursos personales.
Desde el equilibrio, la seguridad y la regulación en el presente, el tratamiento con EMDR se centra en abordar el pasado.
Así, el objetivo de las primeras fases del tratamiento con EMDR es ayudar al cerebro a volver a un estado de calma y regulación, así como desarrollar y potenciar los recursos positivos y las fortalezas que la persona ya posee. Este es el trabajo que en EMDR se centra en el presente.
Tras esta etapa, comienza el trabajo con las experiencias que dieron lugar al inicio de los síntomas o los problemas que la persona quiere solucionar. En esta parte del tratamiento trabajamos también con el pasado.
Esta parte del trabajo con EMDR, se lleva a cabo mediante la desensibilización de las emociones asociadas a las experiencias que dieron lugar a la aparición de los síntomas y del reprocesamiento de los recuerdos de aquellas experiencias, ayudando al cerebro a procesar de nuevo esa información no integrada o almacenada de forma poco adaptativa.
Es decir que en la terapia EMDR trabajamos con la historia de aprendizaje cognitivo, emocional y somático e intervenimos sobre las redes de memoria en las que están almacenados los recuerdos asociados a lo que nos ocurre en el presente.
Esta es la parte del tratamiento que se centra en los recuerdos y las experiencias pasadas.
El tratamiento con EMDR abarca, además del alivio y la mejoría en el presente y la reparación del pasado, una mirada hacia delante.
Es decir que, en el trabajo con EMDR se abordan: el presente y el pasado y, además, está presente una tercera vertiente temporal: el futuro. Lo que va a pasar ahora y la preparación para esos posibles desafíos.
Los nuevos aprendizajes y la estabilización (el trabajo que hacemos en el presente) y el re-procesamiento y la desensibilización (la reparación de las huellas de aprendizajes y experiencias pasados), abren el camino a la capacidad de asumir nuevos retos y de hacer frente a las situaciones que están por venir con nuevas herramientas, recursos y una mirada renovada.
Así, en la terapia con EMDR, con frecuencia, iremos trabajando en la creación de nuevos «mapas asociativos», que abran nuevas posibilidades que nos ayuden gestionar posibles desafíos futuros.
En todas las experiencias que vivimos, aprendemos algo. Incluso en aquellas de las que no podríamos decir qué nos enseñaron.
Esto se debe a que el aprendizaje es, a veces explícito (nos damos cuenta o alguien nos lo enseña) y, en otras ocasiones, es un aprendizaje implícito (aprendemos sin tomar conciencia de ese aprendizaje). Ambas formas de aprender se graban en nuestro cerebro y no sólo en forma de recuerdos que podemos relatar.
Las memorias y los recuerdos de lo que hemos vivido y de las cosas que aprendimos entonces, dejan su «huella» en forma de información que se integra, acomoda y almacena en patrones de activación neural y, así, pasa a formar parte de la información que utilizará el cerebro en el futuro para, por ejemplo, evaluar una situación o para responder a un estímulo determinado.
Es decir: que lo que vivimos, modela quienes somos y cómo actuamos. Y lo aprendido pasa a formar parte de nosotros y de nuestra forma de sentir, actuar y pensar sobre el mundo.
La terapia EMDR trabaja con esas memorias, ayudando al cerebro a «recolocar» las experiencias que se almacenaron de forma disfuncional.
EMDR es un tratamiento psicológico que se basa en la evidencia científica sobre aprendizaje humano, memoria y trauma. Así como en la investigación sobre apego y desarrollo y sobre los efectos del estrés y el trauma en el cerebro.
El EMDR Es un abordaje psicoterapéutico estructurado y protocolizado, orientado al trauma y basado en el modo en que funciona nuestro cerebro procesa la información.
EMDR se basa en cómo nuestro cerebro recibe, procesa, codifica, almacena y recupera nuestros recuerdos y memorias.
Con EMDR, además de aliviar el malestar y la sintomatología que está ocurriendo ahora, se interviene sobre la memoria y sobre cómo se procesaron nuestras experiencias y recuerdos asociadas a lo que ocurre ahora. Trabajamos con la influencia de estas memorias en cómo pensamos, sentimos y actuamos en el presente.
Nuestros pensamientos, emociones y comportamientos están asociadas con experiencias previas de aprendizaje y con información, procesada y almacenada en las redes de memoria de nuestro cerebro.
Referencia:
«Dossier sobre la evidencia científica de la terapia EMDR».
2ª Ed. Julio 2023.
(Benedikt Amann, Alicia Valiente, Ana Moreno, Miguel Angel Santed, Anabel Gonzalez. 2023). Distribuido por la Asociación EMDR España.